domingo, 19 de diciembre de 2010
DECEPCIÓN/ PATALETA
jueves, 16 de septiembre de 2010
TIC TAC TRUENO
martes, 31 de agosto de 2010
Me comí julio porque dudé
sábado, 28 de agosto de 2010
Too much time, darling
Paseantes, indecisas, chulas, morenazas, sonrientes. Lloran en un asiento del metro, clavadas en su esquina. Se ríen solas. Reposan su mano en la de uno que le levanta las cutículas. Amenazan. Mujercitas, mujeronas, mujerzuelas... mu je res. Soy una de ellas, ¿cómo no me iban a llamar la atención?
Cada día las veo, las oigo, las leo, casi puedo ver lo que piensan, o eso me gusta pensar. Están por todas partes: silenciosas, taconeantes, arrastrapies, chancleteantes. Se miran, a veces no se ven, nos observamos si nos gustamos, si nos sobra, les falta, se han puesto o no. Es lo que hay. Las mujeres son malas malísimas, arpías de película...jaja. La mayoría se lo hacen. Otras sólo somos bestias curiosas llenas de entrañas, generadoras de impulsos más o menos superficiales, más o menos pronunciados, más o menos ficción, más o menos realidad.
Impulsos que un día aterrorizan. Tan pronto como, otro, nos motivan y nos impulsan a seguir buscando, ¿el qué? Venga ya, eso no es cosa de mujeres, estoy hablando de una búsqueda denominador común de todos si te preguntan ¿QUÉ QUIERES?, ¿QUÉ LECHES QUIERES? Todos sabemos qué responder, y sólo unos cuantos parecen conocer el CÓMO. Mientras tanto buscamos, no sabemos, sabemos lo que NO queremos, trepamos paredes, alicatamos ciudades enteras hasta darte de bruces con una sola idea: da igual.
Escuchamos a todos, a cualquiera que se nos cruce antes que a nosotros mismos, antes que pararnos a pensar.... Las ecuaciones matemáticas no son las más difíciles, no dejan de ser sistemas y juegos de orden con los que organizar lo que nos desborda, lo que está fuera de control, maneras de intentar comprender para apropiarnos del mundo y sus incógnitas. Fíjate si seremos salvajes que queremos dominar el mundo y no somos capaces de dominarnos a nosotros mismos: de saber a dónde vamos, qué queremos o mejor dicho, cómo llegar a lo que queremos, el jodido denominador común que quiere todo el mundo, incluido William Wallace (Sí, es que hoy la han vuelto a echar).