martes, 22 de octubre de 2013
¡Vive!
Cierra los ojos y mira. Ya no hay ruido: una brisa te pilla por sorpresa y hace que la piel se te erice en dos segundos. Un escalofrío te atraviesa y te invita abrir los ojos. Todo tú se mece en un constante hormigueo eléctrico que te dice "estás vivo" allá donde mires: el agua de lluvia surcando la tierra, corrientes bajitas que acarician la hierba, las enormes quimas de los árboles agitándose, formando un maravilloso cabaret con sus hojas, dejando que él sólo se cuele (a veces sí, a veces no) entre ellas. Y él se posa impredecible en tu piel; besándote la frente, un ojo o la nariz.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario